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Desde el punto de vista de la física, el sonido musical es la interpretación que nuestro cerebro da a los impulsos eléctricos recibidos a través de los nervios acústicos, los cuales son producidos por nuestro sistema auditivo cuando reacciona a las variaciones de presión del aire, originadas por la propagación de ondas sonoras en el aire.
Para poder ser percibida por el oído humano, el aire debe vibrar entre 20 y 20.000 veces por segundo, de bajo o por encima de estas frecuencias nuestro oído deja de reaccionar a las vibraciones y no podemos percibir estos tipos de sonidos sin utilizar instrumentos particulares.
Los sonidos musicales pueden ser producidos de forma mecánica como cuando hacemos vibrar la cuerda de una guitarra o de un piano, o de forma eléctrica como en el caso de un altavoz, un instrumento virtual o un equipo de sonido.
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En la síntesis musical no necesitamos conocer todas las características físicas de un sonido, porque lo que vamos a manipular a través de un sintetizador son solamente algunas de ellas.
Por ahora vamos a hablar de las cuatros cualidades fundamentales del sonido que son: el tono, el timbre, la intensidad y la duración.
El tono nos permite identificar la altura de un sonido, prácticamente diferenciar un sonido agudo de un sonido grave.
Esto depende de la frecuencia, o sea el número de veces que vibra el aire cada segundo, cuanto más rápido vibra el aire y más agudo es el sonido producido.
Disminuyendo el número de vibraciones por segundo del aire, el sonido producido va a ser más grave.
La frecuencia de un sonido se expresa en Hercios.
El timbre de un sonido define su cualidad y lo diferencia de otro sonido que tiene la misma altura, intensidad y duración.
Cuando escuchamos un sonido, aunque nosotros los percibimos con una única onda sonora, en realidad está compuesto por otros movimientos vibratorios secundarios de diferentes frecuencias que se producen al mismo tiempo, denominados armónicos o sobre tonos.
La combinación de estos armónicos nos permite distinguir el sonido de una flauta del sonido de un violín.
Gráficamente se puede identificar el timbre de una onda sonora a través de su forma.
Con el sintetizador podemos manipular los armónicos de un sonido para cambiar su timbre y modificarlo, hasta crear uno completamente diferente.
La intensidad o dinámica de un sonido, es la cualidad que diferencia un sonido fuerte de un sonido débil y se mide comúnmente en decibelios (dB) y el umbral humano de audición va de 0 dB hasta 120 dB.
En términos físicos la intensidad de un sonido aumenta más nos acercamos a la fuente sonora, en cambio un sonido creado electrónicamente aumenta su intensidad aumentando la amplitud de la onda.
La duración del sonido se refiere a la persistencia de la vibración, o sea al tiempo durante el cual se mantiene el sonido antes de su extinción y se mide en segundos.
Comúnmente se usa decir sonido largo y sonido corto para identificar la duración de un sonido.
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